Page 71 - Libro De Historias Comics 9no y 10mo
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SIN SALIDA
















                     UN CUENTO DE:

                 JOAQUÍN MARTINEZ





                esperté, podía sentir el duro cemento bajo  acabado  en ese  instante  no me  hubiera
                mi cuerpo acostado. Miré a mi alrededor,  importado. De repente sentí algo en mi interior,
         Dno sabía dónde estaba. Traté de recordar  tardé un  poco en darme cuenta  de que  era
          la noche anterior, pero no pude. Me fijé mejor,  odio. Odio hacia esa persona. No lo entendía, ni
          me encontraba en un pequeño cuarto y frente a  siquiera lo conocía, pero la ira que brotaba de mí
          mí no podía ver más que unos barrotes de hierro.  se sentía tan natural como el odio hacia alguien
          Me levanté y caminé hacia los barrotes, pero  conocido. Traté de hablar pero no pude.
          cuando estuve muy cerca sentí el frío del metal
          en mis tobillos  y muñecas.                                              Aparentemente      aquel
          Estaba encadenado.                 DE PRONTO MIRÉ                      hombre  había  obtenido
                                          HACIA EL EXTERIOR                      lo que quería, pues en su
           De pronto miré hacia el       DE MI JAULA. AFUERA                     cara  pude  ver  el  reflejo
          exterior de mi jaula (sí, para   HABÍA UN HOMBRE                       de la  satisfacción. Estaba
          ese momento ya estaba                                                  disfrutándolo.  Se dio  la
          bastante seguro de estar  VESTIDO CON TRAJE                            vuelta y se dirigió  a  una
          encerrado). Afuera había           DE ETIQUETA. ME                     puerta en el fondo. Lo
          un hombre. No entendí de            MIRÓ A TRAVÉS                      último que recuerdo es el
          dónde  había  salido,  porque       DE UNAS GAFAS                      chasquido de la puerta al
          no lo había visto al principio.                                        ser cerrada por fuera.
          Era un hombre alto y fornido,            OSCURAS.
          de piel oscura. Vestía con un                                            Por  fin  reaccioné,  y  un
          traje de etiqueta. Me miró a través de una gafas  grito escapó de mi boca.
          oscuras.
                                                              Una desesperación descontrolada invadió todo
           — Con que ya despertaste, bueno ya era hora  mi ser y perdí el equilibrio cayendo al suelo frío
          —dijo. Su voz era gruesa y resonó en la estancia.  y árido…


           ¿Dónde estoy?,  quise preguntar,  pero lo que      En ese momento entendí que me quedaba
          salió  de mis labios  fue: ¿Quién eres?. Su rostro  mucho tiempo más en esa celda de fríos barrotes
          se endureció, y me di cuenta de lo insignificante  que atrapaban mi ser. Escapar nunca fue una
          que yo resultaba ante una presencia cómo él.      opción,  solo era el deseo de una mente  en
                                                            locura. Afrontar mi destino era lo  mejor pues
           — Soy quien te metió en esta pocilga.            sea cual fuera el motivo, los encerrados deben
                                                            permanecer así.
           Eso me  sobresaltó. Si el mundo se  hubiera        Por el bien de los demás…




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