Page 65 - Libro De Historias Comics 9no y 10mo
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UN CUENTO DE:
                  LESLIE DELGADO





                 e encontraba  acostado,  soñando,          chica, aunque debo  advertirle  que es muy
                 sintiendo que iba a la deriva en el        agresivo.
         Minmenso mar de mis pensamientos.
         Pero algo me despertó... Era un sentimiento de       — No se preocupe, sé cómo tratar a este tipo
         angustia, acompañada de un  viento frío que        de sujetos.
         penetraba hasta mis huesos y  los obligaba  a
         temblar. Al abrir los ojos, parpadeé un par de       Al escuchar esas palabras muchas  preguntas
         veces  y escuché  un  crujido proveniente  de un   resonaron en mi cabeza, no lo soportaba. ¿Por
         rincón. Entonces me incorporé en la cama, un       qué aquel hombre decía que era culpable?,
         sudor frío se apoderó de mi corazón, no dejaba     ¿qué hice?, ¿sería capaz de matar a alguien?,
         de temblar. ¿Dónde me encontraba?.                 ¿yo la maté?,  ¿quién  era esa  chica de la que
                                                            hablaban?… Mi cuerpo comenzó a adormecerse,
           Todo estaba oscuro, pero  podía ver los barrotes   entonces  me  senté  en  la cama  para intentar
         de hierro gracias a la luz  que  provenía de la    comprender lo que pasaba.
         única ventana de este lugar; esos barrotes que
         me impedían salir corriendo de aquí.  ¿Dónde me      Ellos  creían  que yo  maté a  esa chica, tengo
         encontraba?, no recordaba nada. Me levanté de      que explicarles que no fui, pero si no me acuerdo
         la cama y examiné el lugar. Era una habitación     ni de quién soy. ¿Y si realmente la  maté? No
         pequeña, no había puerta, había una cama, un       comprendía  nada,  necesitaba ayuda,  quería
         espejo y un escritorio en el cual había un lápiz y   saber quién era y de qué se me acusaba para
         unas cuantas hojas.                                poder entender.

           Dónde estoy, quién soy, qué es este  lugar...      De pronto,  otros dos hombres  uniformados
         Pude sentir cada latido resonar en la habitación,   entraron a la habitación,  me  tomaron de los
         un sudor frío  se apoderó  de mí. Qué debía        brazos y me llevaron fuera de ese lugar.
         hacer, murmuré sin aliento. Entonces mi visión se
         tornó más borrosa, mi mundo se volvió negro y        Pasamos por un pasillo  ridículamente largo
         caí estrepitosamente al suelo frío y áspero. Me    con muchas  habitaciones iguales a la mía. En
         desmayé.                                           cada una había un hombre, todos tenían algo
                                                            en  particular.  Sus  miradas  reflejaban  sed  de
           Al día siguiente,  un sonido  ensordecedor y     sangre y la  mayoría  tenía la  piel  cubierta por
         fastidioso me  despertó,  alguien hacía sonar      todo tipo de tatuajes. Me miraban con desdén
         los barrotes de la habitación en la cual  me       y odio.  Después de caminar un rato, aquellos
         encontraba. Me incorporé en la cama muy            hombres me introdujeron en una habitación que
         rápido, dirigí la mirada hacia los barrotes y vi   me resultaba extrañamente familiar.
         a dos hombres. Uno de ellos vestía un uniforme
         de policía y  fruncía el ceño en una expresión de    Aquel lugar era sombrío, con una mesa larga,
         furia. El otro tenía un traje formal, en una mano   dos sillas y dos puertas. De pronto, por una de
         sostenía un  maletín y el aspecto de su  rostro    ellas entró ese hombre, ese con el maletín y la
         producía un miedo indescriptible. De pronto uno    mirada fría. Se sentó en una de las sillas y me
         de ellos comenzó a hablar.                         observó. De repente escuché que se disponía a
                                                            hablar.
           — ¿Es él?
           —  Sí,  es  el culpable del asesinato de aquella   — Buenas tardes señor…





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