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a ese desconocido y comencé a sentir en todo — Pero yo vine solo —contesté, mientras el
momento que alguien me seguía de cerca. desconocido desaparecía, gritando con miedo,
delante de mí.
Al fin llegué, y resignado, esperé a que llegara De pronto, sentí una mano sobre mi hombro,
esa persona que ahora me daría un hogar. De volteé la mirada y vi a una campesina que se
pronto apareció él con un aspecto tan horrible alejaba.
que me hizo querer llorar. Estaba a salvo, lo había logrado, ¡qué felicidad
— ¿Estás listo para ir a tu nuevo hogar? —dijo. tenía! A fin de agradecer lo que me había pasado,
— Tú cumpliste tu parte del trato, ahora es mi decidí ir a la capilla de La Almudena, entré a
turno —contesté, y mientras terminaba la oración, rezar y cuando me di cuenta, me llevé una gran
vi cómo su expresión de victoria cambiaba a una sorpresa. Aquella campesina estaba ahí, sentada
de terror profundo. en una banca. Era ella... era la Virgen.
— Te dije que no trajeras a nadie, mucho menos
a ella —gritó. Ella me había salvado.
Foto: Urpi Vega
UN DÍA PARA RECORDAR 29